La WT dice...

«No constituye una forma de persecución religiosa el que una persona diga y muestre que otra religión es falsa [tampoco] el que una persona informada [la] exponga públicamente como falsa... Ciertamente el desenmascararla públicamente es de más valor que exponer la falsedad de un despacho noticioso; es un servicio público más bien que persecución religiosa y tiene que ver con la vida y felicidad eterna del público. No obstante, deja al público libre para escogerLa Atalaya, 15 de mayo de 1964, pág. 304.

"¿Están SUS enseñanzas en completa armonía con la Palabra de Dios, o están basadas en las tradiciones de los hombres? SI SOMOS AMANTES DE LA VERDAD, NO HAY NADA QUE TEMER DE TAL EXAMEN" (La vedad que lleva a la vida eterna - 1968, pagina 13.)

sábado, 7 de enero de 2012

¿Demuestran las “muchas denominaciones” que no estamos en la verdad?

Introducción
Algunas religiones totalitarias a menudo apelan a la diversidad de denominaciones que existen en el protestantismo para argumentar que debido a esto nosotros no podemos estar en la verdad. Estos grupos hasta llegan a decir que nuestras denominaciones se pasan “peleando y compitiendo por quién es dueño de la verdad”.
Bueno, es una realidad indiscutible que muchas denominaciones discutan entre ellas por quién tiene la verdad, pero la inmensa mayoría de las veces esto se da entre una denominación de “sana doctrina” y una denominación herética.
También se ha dado el caso de denominaciones de sana doctrina discutiendo entre ellas, y aunque son la minoría, se debe reconocer que las tales no representan necesariamente el cristianismo escritural en su esencia y han olvidado por completo la razón principal por la que surgieron.
Es una injusticia que algunos supuestos teólogos nos pongan en la misma lista a las denominaciones que tenemos el punto de vista correcto en cuanto a la doctrina de YHVH y Cristo (y otras doctrinas esotéricas) y a los que rebajan a Cristo a algo inferior o tuercen la sana enseñanza de la Escritura. Estos últimos no son protestantes ni evangélicos; son herejes. No tienen parte ni suerte en el cristianismo como Jesús nos lo dejó. “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros” (1 Juan 2:19).
De nuevo, debe tenerse en cuenta que no hablo de divergencias en doctrinas secundarias, sino en la doctrina donde se apoya nuestra salvación: Cristo.
Este estudio no se concentrará en la controversia antes mencionada ni tampoco a enlistar las doctrinas con las que cuenta cada denominación (¡¡nos tomaría un siglo!!), sino más bien vamos a rastrear hasta los primeros días del cristianismo a ver si surgió como un sistema totalitario o si existían denominaciones diferentes del mismo. Así veremos si la diversidad de denominaciones o vertientes en el cristianismo evangélico nos descalifican o no de estar en la verdad.
Los primeros seguidores de Cristo.
Todo el mundo sabe que el Señor Jesús era judío. Eso no se discute. También, los apóstoles que le siguieron tenían sus creencias bien enraizadas en el  judaísmo. Las principales ramas del judaísmo que se mencionan en la Escritura son las siguientes:
Fariseos y escribas: legalistas en cuanto a la implementación e interpretación de la ley y las tradiciones.
Saduceos: de clase alta (algunos dicen que eran ricos). Negaban la realidad de la resurrección entre otras cosas.
Herodianos: seguidores y aliados de Herodes.
Zelotes: patriotas violentos en contra de Roma. Se dice que dos de los discípulos de Cristo provienen de ésta vertiente.
Esenios: se dice que de las denominaciones del judaísmo, esta era la más purista y conservadora. Muy estricta litúrgica e individualmente hablando.
 Un dato muy interesante es que al momento de Jesús comenzar su ministerio y llamar a los doce discípulos (y los muchos otros que decidieron seguirle), el calificativo “cristiano” estaba lejos de convertirse en el nombre que identificaría a este recién nacido grupo (esto ocurrió después, en Hechos 11:26).
El Diccionario Hispanoamericano de la Misión, hablando de los judíos que siguieron a Cristo, nos dice:
“JUDIOS MESIANICOS. Personas que pertenecen, por descendencia o conversión a la tradición religiosa del antiguo pueblo judío, pero que reconocen en Jesús al Mesías prometido por las Escrituras. Los primeros cristianos fueron judíos mesiánicos. [1] (Subrayado por mí)

Estos judíos mesiánicos no fueron una nueva religión aparte de lo que ya se conocía. ¡¡Fue el surgimiento de la última vertiente o denominación del judaísmo!! Esto puede resultar difícil de digerir para muchos supuestos historiadores, pero lo que esto significa no es otra cosa que la fundación de una nueva corriente judía, con todas las enmiendas hechas por Cristo.

De hecho, Cristo tampoco pretendió formar una religión aparte, pues él mismo cumplía todos los requerimientos del judaísmo. Fue Cristo mismo quien dijo:



“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”. Mateo 15: 17.

La palabra griega utilizada aquí traducida “abrogar” es καταλύω (katalúo),  que literalmente significa “Destruir, derribar, detener, abolir, poner fin a” 2. Es decir, Jesús no vino a derribar el sistema existente para formar uno nuevo desde cero, sino por el contrario, él vino a cumplir con lo que ya está establecido y a instar a otros a hacer lo mismo:     

Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen”. Mateo 23:3.

El historiador Justo González aporta un importante dato:

Los primeros cristianos no creían pertenecer a una nueva religión. Ellos habían sido judíos toda su vida, y continuaban siéndolo. Esto es cierto, no sólo de Pedro y los doce, sino también de los siete, y hasta del mismo Pablo” 3

No podemos ignorar el hecho de que el nuevo movimiento de judíos mesiánicos tenía una diferencia muy notable a lo que son las otras denominaciones judías. Una vez más es Justo González quien nos explica:

La nueva secta judía
Los primeros cristianos no creían que pertenecían a una nueva religión. Ellos eran judíos, y la principal diferencia que les separaba del resto del judaísmo era que creían que el Mesías había venido, mientras que los demás judíos seguían aguardando su advenimiento. Su mensaje a los judíos no era por tanto que tenían que dejar de ser judíos, sino al contrario, que ahora que la edad mesiánica se había inaugurado debían ser mejores judíos. De igual modo, la primera predicación a los gentiles no fue una invitación a aceptar una nueva religión recién creada, sino que fue la invitación a hacerse partícipes de las promesas hechas a Abraham y su descendencia.

A los gentiles se les invitaba a hacerse hijos de Abraham según la fe, ya que no podían serlo según la carne. Y la razón por la que esta invitación fue posible era que desde tiempos de los profetas el judaísmo había creído que con el advenimiento del Mesías todas las naciones serían traídas a Sion. Para aquellos cristianos, el judaísmo no era una religión rival del cristianismo, sino la misma religión, aun cuando muchos judíos no vieran que ya las profecías se habían cumplido.

Desde el punto de vista de los judíos no cristianos, la situación era la misma. El cristianismo no era una nueva religión, sino una secta herética dentro del judaísmo. Ya hemos visto que el judaísmo del siglo primero no era una unidad monolítica, sino que había en él diversas sectas y opiniones. Por lo tanto, al aparecer el cristianismo, los judíos lo veían como una secta más. La conducta de aquellos judíos hacia el cristianismo se comprende si nos colocamos en su lugar, y vemos el cristianismo, desde su punto de vista, como una nueva herejía que iba de ciudad en ciudad tentando a los buenos judíos a hacerse herejes.

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Su fe no consistía en una negación del judaísmo, sino que consistía más bien en la convicción de que la edad mesiánica, tan esperada por el pueblo hebreo, había llegado. Según Pablo lo expresa a los judíos en Roma hacia el final de su carrera, “por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena” (Hechos 28:20). Es decir, que la razón por la que Pablo y los demás cristianos son perseguidos no es porque se opongan al judaísmo, sino porque creen y predican que en Jesús se han cumplido las promesas hechas a Israel.
Por esta razón, los cristianos de la iglesia de Jerusalén seguían guardando el sábado y asistiendo al culto del Templo. Pero además, porque el primer día de la semana era el día de la resurrección del Señor, se reunían en ese día para “partir el pan”’, en conmemoración de esa resurrección”.4       

Lo que esto nos dice es que cuando surgió el mesianismo dentro del judaísmo, la denominación judía tradicional emprendió una contienda con el judaísmo cristiano, es decir que ¡¡ambos “facciones” (por así decirlo) eran el mismo judaísmo… judíos persiguiendo judíos!!  Si razonamos como los totalitarios, entonces Cristo no pudo haber estado enseñando verdad, pues nunca negaron ser judíos aunque esto provocara controversia entre ellos mismos…

La Biblia Latinoamérica, en su introducción al libro de Hechos dice:

Otros rasgos importantes aparecen además en este libro de los Hechos. Para empezar, la Iglesia está enraizada en la experiencia y en la tradición de la fe de Israel.” 5  (subrayado por mí)

Así que, gústenos o no, la iglesia que Cristo fundó no fue ni la evangélica, ni la católica, ni la atalayista, etc. Eran simplemente, por así decirlo, una nueva denominación del judaísmo, pero con un toque diferente, pues creían que Cristo se convirtió en el sacrificio perfecto, y además creían que Él es el cumplimiento de las profecías del Mesías que el A. T. anunciaba. Vea Hebreos 7:26-27.

Entonces, para finales del ministerio de Cristo, el total de las denominaciones del judaísmo es como sigue: fariseos y escribas, zelotes, herodianos, saduceos, esenios y mesiánicos. Estos últimos tenían un nuevo elemento que los otros no tenían: Cristo y su doctrina (Mateo 7 28.29). Sé que esto no les gusta a muchos, y hasta querrán refutarme, pero es la realidad.
¿Quiere decir esto que los judíos cristianos no estaban en la verdad por ser la última de las denominaciones del judaísmo?
Los gentiles
Ya vimos que los primeros cristianos durante y poco después del paso de Cristo por la Tierra pertenecieron al judaísmo mesiánico. Y como si fuera poco, en un momento dado de la historia, llegan a escena los gentiles. Veamos cómo el Diccionario Hispanoamericano de la Misión define “gentiles”:
GENTILES. Traducción de un vocablo gr. usado en la LXX  que significa no judío, extranjero o pagano, y que aparece en el NT  con el mismo sentido. Según el NT (Hch. 11.20–21), los primeros gentiles en ingresar a la iglesia cristiana fueron los de Antioquía. Pablo fue reconocido como «apóstol a los gentiles » y ya antes de la redacción de su Epístola a los Romanos la cristiandad gentil había superado en número a la cristiandad judía.” 6
Ahora bien, Dios siempre ha tratado con los gentiles. Esto se puede ver a través del Antiguo Testamento. Podemos apelar a algunos ejemplos como Abraham, quien era pagano, adorador de ídolos y a quien Dios llamó personalmente. Así podemos seguir hasta llegar a Rahab la ramera, el Faraón a quien José interpretó los sueños por los cuales Dios le habló, Nabucodonosor, con quien Dios trató fuertemente, etc.
Son muchísimos los ejemplos que demuestran que desde muy temprano en la historia Dios quiso extender su misericordia a todos. En los evangelios leemos que Jesús se acercó a una mujer samaritana (Juan 4:9), y a otros que no eran necesariamente judíos (Mateo 15:26-27, etc). Se puede citar muchos más ejemplos de este tipo pero creo que no es necesario.
No obstante, en el libro de los Hechos de los Apóstoles (o del Espíritu Santo), ocurre un hecho definitivo. El trato de Dios comienza a esparcirse oficialmente al pueblo gentil. Sin embargo, quienes están abriéndoles las puertas del evangelio a estos gentiles eran judíos, judíos cristianos o mesiánicos.  
Un hecho muy interesante, como ya se ha dicho, es que los judíos no dejaron de serlo, y los gentiles que se convertían en cristianos no tenían que practicar muchos de los elementos de la fe judía.
Ahora bien, todo comenzó con una palabra profética que Jesús les dio a sus discípulos:
“ 8pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8.

Como dice el texto, el mensaje se predicaría en Jerusalén, Judea y Samaria, done la mayoría de la gente era judía. La segunda parte del plan era llevar el evangelio hasta el último rincón del mundo conocido, y esto incluyó naturalmente a los gentiles.

Todos saben lo que ocurrió. Llegó el Espíritu Santo, ocurre la persecución que causa que los cristianos se dispersen, y entonces: el punto climático. Pedro llegó a casa de Cornelio con el resultado de que en casa de este gentil cayó el Espíritu Santo y hubo conversiones a Cristo. Cuando Pedro rinde su informe a la Iglesia central, la de Jerusalén, y los que estaban allí supieron lo sucedido, el relato bíblico dice:

2Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban con él los que eran de la circuncisión, 3diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?” Hechos 11:2-3

Noten que el texto dice que disputaban con Pedro los que eran de la circuncisión, es decir, los judíos mesiánicos, acerca de por qué él entró a comer con gentiles. Pedro entonces rinde su informe donde explica lo sucedido. El resultado de esto lo vemos más adelante en el capítulo 11:

17Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? 18Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” Hechos 11: 17-18
Esta fue la preparación para el momento culminante, cuando los judíos tradicionales rechazan oficialmente el mensaje de Cristo. Es ahí donde la Biblia nos relata:

44El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios. 45Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. 46Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. 47Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo:
Te he puesto para luz de los gentiles,
      A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.
48Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna”. Hechos 13:44-48 vea profecía de Isaías 49:6.

¿Significó esto la desaparición de los judíos tradicionales y cristianos, y la formación de un movimiento único? Absolutamente no. Los judíos cristianos continuaron existiendo, pero ahora también llegan los gentiles cristianos que no practicaban las mismas cosas que los judíos. Cada grupo tenía sus propias formas litúrgicas. Esto se acentúa más aún cuando surge la situación que narra Hechos 15:

 1Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. v.1
¿Quiénes fueron los que trataron de introducir la circuncisión a los gentiles?
El Diccionario Ilustrado de la Biblia nos contesta:
JUDAIZANTES. Nombre dado a los judíos convertidos al evangelio que querían imponer a los creyentes gentiles la circuncisión, la fidelidad a la ley y otras prácticas judías como medio de salvación.
El término no aparece en el NT, pero los j. constituyeron un verdadero peligro para la naciente iglesia porque estaban dentro de ella misma.” 7
Es decir, que dentro del judaísmo cristiano surgió en algunos el pensamiento que aparte de que tenían que creer en el Señor, también tenían que guardar ciertos elementos del judaísmo (como la circuncisión) para ser salvos. Esto añade otra línea de pensamiento a la ecuación.
El capitulo en cuestión nos habla sobre las diferencias que esto trajo entre los cristianos (judíos y gentiles) del momento. Dado que los judaizantes, que en realidad fueron algunos de los judíos cristianos más legalistas (aunque también habían judíos tradicionales infiltrados), se levantaron para tratar de imponer sus puntos, se tuvo que tomar cartas en el asunto con carácter de urgencia.
Esto provocó que se convocara el “Concilio de Jerusalén”, en el cual la controversia se discutió hasta la saciedad. En este punto veo interesante el planteamiento de Pedro cuando consumió su turno para testificar:
8Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos”. Hechos 15:8-11 negritas por mí.
En este pasaje hay dos puntos interesantes que cabe discutir conforme al tema que nos aboca.
Primero, noten la distinción marcada que hace Pedro entre “nosotros y ellos” (en repetidas ocasiones) sin siquiera inmutarse por la dualidad del cristianismo del momento. Además, ¿por qué no se aprovechó el concilio para consolidar el cristianismo de modo que surgiera una unidad como los totalitaristas religiosos lo sueñan?
Segundo, noten que Pedro menciona que no se hizo diferencia entre unos y otros. ¿Qué significa esto de “ninguna diferencia hizo” (Hechos 15:9)? Más aun, ¿qué era lo que unía a estos dos grupos a pesar de sus diferencias?
Pedro contesta ésta pregunta inmediatamente en el pasaje cuando en el verso once dice:
11Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos”.     
En otras palabras, de todas las diferencias doctrinales que existieron entre el judaísmo cristiano y el cristianismo gentil, la única que necesitaba creerse universalmente para salvación es la doctrina de Cristo. Esto también nos dice que mas que diferencias nacionales y raciales (como algunos comentan), las diferencias doctrinales afloran claramente en la situación.
Pero esto no quedaba allí.  Jacobo, líder de la iglesia de Jerusalén, añade otros parámetros cuando al fin toma la siguiente decisión:
19Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo”. Hechos 15:19-21
Esto nos indica que, al menos en lo que a circuncisión se refiere, los judíos podían continuar tal práctica, pero los gentiles no tendrían que hacerlo. Esta es una de las diferencias más notables entre el cristianismo judío y el gentil. El comentario Mundo Hispano explica muy bien el punto:
Jacobo concluyó dando a su opinión sobre el asunto discutido la forma de una proposición. En su primera parte apoya abiertamente al parecer de Pedro: no hay derecho de imponer ninguna carga, quiere decir, la circuncisión y la ley, a los gentiles que abracen la fe. En una segunda parte manifestó el deseo de que a los paganos convertidos se les exigiera que aceptaran algunas restricciones en la conducta práctica, y que guardaran cierta consideración hacia los sentimientos religiosos de los cristianos judíos. Jacobo propuso que los gentiles se apartasen de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de lo estrangulado y de sangre (v. 20). El primero era un requisito religioso; la idolatría estaba muy difundida entre los gentiles, pero era aborrecida por los judíos. El segundo, abstinencia de fornicación, era una ley moral; protegía la santidad de la vida familiar. Este vicio sexual era común entre los paganos. El tercero y el cuarto decretos, que probablemente estaban relacionados, se referían a la creencia judía de que la vida estaba en la sangre y no debía comerse. Los gentiles no tenían los mismos escrúpulos que los judíos en cuanto a comer la sangre. Todo esto no era tanto un compromiso como un ajuste designado para facilitar y mantener la fraternidad entre dos grupos cuyos trasfondos eran tan diferentes8    (énfasis por mí)
¿Fueron declarados herejes los judaizantes por lo que trataron de hacer? Claro que no.
Lo que esto hizo fue trazar una línea que los judíos mesiánicos no debían cruzar para con los gentiles convertidos. Esto establece definitivamente que en el momento que ocurrieron los hechos relatados por Lucas habían dos denominaciones diferentes de cristianismo: judíos cristianos o mesiánicos y gentiles cristianos o convertidos. Los primeros vienen del judaísmo tradicional y los segundos vienen del paganismo idólatra de los romanos, griegos y otras naciones.
Sin embargo la controversia no terminaba allí. Todos sabemos que leyendo más adelante en la carta de Pablo a los Gálatas ocurre un encuentro muy controvertible entre Pedro y Pablo. Una lectura cuidadosa del capítulo dos nos hará ver más acentuadamente la diferencia entre el cristianismo judío y el gentil.
7Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión 8(pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles),” Gálatas 2:7-8
Aquí hay que preguntar: ¿Por qué hacía falta un apóstol para los judíos y otro para los gentiles? ¿Por qué la Biblia hace este tipo de distinciones en muchas ocasiones? La razón es porque tenía que haber una serie de diferencias entre los unos y los otros y ambos estar en la verdad. A esto, el Comentario Mundo Hispano comenta:
Cuando Pablo menciona el evangelio para la incircuncisión y para la circuncisión, él no se está refiriendo a que hay dos evangelios, sino que el mismo evangelio se predicase a dos grupos diferentes. El mismo Espíritu Santo que actuó en Pedro también actuó en Pablo (v. 8). En otras palabras, el evangelio tenía que ser uno porque el autor es uno y es el mismo Espíritu Santo que llamó a estos dos grandes siervos a un ministerio diferente. Cuando se dice que Pablo es apóstol a los gentiles y Pedro a los judíos, no necesariamente se eliminaba la evangelización a los otros grupos, sino que en general el ministerio de Pablo era para los gentiles y el de Pedro para los judíos.”9 (énfasis por mí)
De hecho, las contiendas entre denominaciones no son nada nuevo. Eso lo vemos más adelante en el capítulo cuando leemos:
11Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?” Gálatas 2:11-14
Algunos grupos totalitaristas pretenden minimizar el conflicto aquí narrado como algo meramente cultural o racial, pero aunque este argumento tiene su merito, el propio texto bíblico testifica que es más que eso. Se está hablando de doctrinas y prácticas entre judíos y gentiles (¿recuerdan la línea que se trazó en el Concilio de Jerusalén?)
¿En qué se basan los que defienden la unidad doctrinal totalitaria?
Los textos de prueba que utilizan grupos que defienden la unidad doctrinal total son los siguientes:
Juan 17:11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Véase v.21-22
Efesios 4: 1-6   1Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 2con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor 3solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
La pregunta es: ¿qué unía a los judíos y a los gentiles cristianos aunque eran grupos diferentes y libres para practicar sus respectivas formas de adoración?
La obra titulada “Comentario de Efesios: Del Texto Bíblico a una Aplicación Contemporánea” nos habla sobre la unidad a la que se refieren los textos ya citados:
“No se trata de ocuparnos en desarrollar cierta unidad organizativa. El verdadero asunto es, más bien, la unidad en Cristo, que implica una concepción del mensaje Bíblico acerca de Cristo como Señor crucificado y resucitado. No es necesario que los cristianos estén de acuerdo en todo para tener unidad; hemos de vivir la unidad del compromiso común con Cristo.”
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“La unidad no significa igualdad; de hecho, la unidad se logra a través de la diversidad. Esta unidad tampoco significa que todos los cristianos trabajan bajo la misma estructura o que siempre se reúnen en el mismo lugar.”
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“Un giro erróneo: unidad a cualquier coste. Por otra parte, este acento en la unidad no implica que esta haya de buscarse a cualquier coste. La unidad no es la meta; la unidad en Cristo es aquella que procede de una fe y un conocimiento compartido de él, y por consiguiente, tiene sus límites. La iglesia y su unidad se definen siempre teológica y cristológicamente.” 10 
Mucho más se podría decir sobre el tema y podría utilizar otros textos de la Biblia pero los que he puesto en este artículo son suficientes. La unidad de la que habla la Biblia se encuentra en la doctrina de Cristo, es decir, todo lo que Jesús enseñó sobre sí mismo, y el desarrollo que los apóstoles le dieron a través del NT.
En cuanto a salvación se refiere, Juan, en su segunda epístola nos dice:
 9Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. 2 Juan 9

De todas las doctrinas que hay, ¿por qué a Juan le preocupaba solo la correcta doctrina de Cristo? ¿Por qué, de todas las diferentes doctrinas, Juan solo tiene a la de Cristo a nivel soteriológico?  

Hoy en día existen miles de denominaciones diferentes y, ¿cómo identificar las de sana doctrina de las heréticas? Todas las denominaciones de sana doctrina llevan correctamente la doctrina de Cristo. Las heréticas tuercen las doctrinas teológicas y cristológicas. Todas las demás diferencias se hacen nada cuando miramos las que nos unen.

Ésta es la unidad en el Espíritu que nos enseñan en Efesios. No olvidemos a los cristianos judíos y los cristianos gentiles. Fueron más las doctrinas que los diferenciaban que la que los hacía iguales. Pero esa que los hacía iguales sola bastaba para que fueran un solo  cuerpo; La Doctrina de Cristo.

Imagine usted a Cristo, a los doce, o a Pablo intentando convertir a los gentiles al judaísmo pleno que ellos practicaban. ¡¡No hubiera funcionado!! Les hubiese sido imposible. Era un cambio demasiado radical.

Imagine a los judíos intentando romper con una tradición que vienen practicando por muchos siglos, y que además fue instituida por Dios aunque aquello eran sombras de lo que estaba por venir. ¡¡Tampoco hubiese funcionado!! Ningún judío hubiese permitido eso.

Solo había una manera en la que Dios en su inigualable sabiduría podía llegar tanto a los judíos como a gentiles sin afectar la idiosincrasia de ninguno. Esta es la gracia en el conocimiento de Jesucristo, quien murió por todos para librarnos de una muerte segura.


Conclusión

Para concluir, voy a poner el ejemplo mío y de una persona que quiero mucho. Esta persona pertenece a una denominación en donde las mujeres utilizan el velo en sus cabezas. Yo pertenezco a una denominación donde no creemos necesario el velo. Ellos celebran su culto en sábado y nosotros el domingo. Y por ahí siguen las diferencias. Pero a mí me encanta ir a su iglesia porque el Espíritu de Dios se mueve de una forma muy especial. A esta persona le encanta ir a mi iglesia por la misma razón.

¿Por qué ocurre esto? Porque creemos en el mismo Cristo y en sus mismas enseñanzas. Somos uno en la doctrina de Cristo, tal como está escrito. Lo del velo y todas las otras cosas pasan a un segundo plano cuando a la doctrina de nuestro Salvador se refiere.

De hecho, tanto Cristo, Pedro y Pablo sirvieron a diferentes grupos de personas con diferentes necesidades. De ahí que tenemos diferentes denominaciones desde el mismo principio de la iglesia. La Biblia Arqueológica nos da un buen ejemplo entre Cristo y Pablo:

En la época moderna ha sido popular entre algunos grupos argumentar que Pablo tomó el mensaje sencillo de Jesús y a partir de este creó algo completamente diferente: “cristianismo”. Este argumento es erróneo. Aunque sin duda existen diferentes énfasis en las enseñanzas de Jesús y Pablo, estas en gran parte se deben a sus ambientes únicos de ministerio. Jesús operaba dentro del judaísmo palestino, donde la ley de Moisés se enseñaba extensamente, mientras que Pablo funcionaba principalmente entre los paganos, quienes eran poderosamente influenciados por las culturas greco-romanas de sus alrededores. De cualquier forma, los puntos de convergencia entre los dos pesan más que las diferencias.

El punto de acuerdo más crucial es la identidad de Jesús como el Mesías.
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Igual de importante es la convergencia entre Jesús y Pablo en términos de las características de la vida del reino. ¿Dónde aprendió Pablo la centralidad absoluta del mandamiento del amor (1 Co 13; Gá 5:6, 14)? ¿Dónde aprendió, en efecto a derrocar los valores tradicionales de la sociedad y alegremente encargarse del papel de sirviente (1 Co 1:26-31)?  ¿Dónde, para resumir, aprendió que la cruz era el camino paradójico hacia la victoria (1 Co 1:23; Gá 6:14; Fil 2:5-11), la manera que Dios traería nueva vida al mundo? La respuesta obvia a estas preguntas: de las enseñanzas de Jesús, el autor de nuestra fe. 11 (negritas por mí)

 Sé que muchos no van a entender ni a asimilar (ni siquiera hasta aceptar) lo que estoy exponiendo, pero yo cumplo con hablar la realidad. La Biblia es clara y nada la puede cambiar. Las “muchas denominaciones” no prueban que no estemos en la verdad. Por el contrario, dentro de la diversidad demostramos nuestra unidad en el Espíritu por la doctrina de Cristo.

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Fuentes:
Nota: Todas las citas bíblicas utilizadas en este artículo fueron tomadas de la Traducción Reina-Valera 1960 de las Sociedades Bíblicas Unidas.

[1]Deiros, P. A. (1997). Diccionario Hispano-Americano de la misión. Casilla, Argentina: COMIBAM

Internacional.

2Tuggy, A. E. (2003). Léxico griego-español del Nuevo Testamento (508). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
3González, J. L. (2003). Historia del cristianismo: Tomo 1 (1:37). Miami, Fla.: Editorial Unilit.
4 Ibid,  1:47-48
5 Sociedad Bíblica Católica Internacional (1988). La Biblia Latinoamérica (NT: 290). Quito, Ecuador: Editorial Verbo Divino.
6Deiros, P. A. (1997). Diccionario Hispano-Americano de la misión. Casilla, Argentina: COMIBAM Internacional.

7 Nelson, W. M. (1974). Diccionario Ilustrado de la Biblia (352). San José, Costa Rica: Ed. Caribe.
8Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. (1993-1997). Comentario bı́blico mundo hispano Hechos (1. ed.) (148). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
9Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. (1993-<1997). Comentario bı́blico mundo hispano Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, y Filemón (1. ed.) (48).
10  Snodgrass, K. (2009). Comentario de Efesios: Del Texto Bíblico a una Aplicación Contemporánea (257,270-271). Miami, Florida: Editorial Vida.
11 Sociedad Bíblica Internacional (2009). Biblia de Estudio NVI Arqueológica (1941).  Miami, Florida: Editorial Vida.





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