La Trinidad
explicada 5: La igualdad entre el Padre y el Hijo.
Existe mucha desinformación en aquellos que buscan la manera de denigrar
a Jesucristo a un grado de inferioridad con el Padre. Los trinitarios que
conocemos realmente esta doctrina estamos muy conscientes de la posición
subordinada que tienen tanto en Hijo como el Espíritu Santo en la relación con el Padre. Sin embargo, una de las cosas
que se tienen que dejar bien claras es que la Biblia da evidencia de que la
subordinación del Hijo no es ni demuestra su inferioridad. Son dos cosas muy
diferentes. Pero aun así muchos confunden estos dos términos y arguyen que
puesto a que Jesús está subordinado al Padre, el primero es inferior al
segundo. Uno de los objetivos de este estudio es demostrar precisamente que subordinación
no es necesariamente inferioridad.
Otro de los objetivos (y lo
volvemos a repetir) es demostrar que en la Trinidad las tres personas son
individuales, es decir, que el Hijo NO ES el Padre y ninguno de ellos es el
Espíritu Santo. Pero aun así uno es tan Dios como el otro (iguales). Y lo
recalcamos porque son tantas las veces que hemos leído a testigos de Jehová y
otros grupos acusar a los trinitarios de creer que cuando Cristo le oraba al
Padre, Él se oraba a sí mismo. Semejante cosa no es solo absurdo e insultante
sino también es lo más anti bíblico que alguien pueda creer. Y ya no sería
entonces trinitarismo sino sabelianismo.
El tercer objetivo es mostrar por la Biblia que aunque Jesús no es su
Padre y está subordinado al Él, la igualdad entre ambos es clara y evidente.
Considere entonces lo que presentamos a continuación. Este estudio no pretende
ser muy exhaustivo pero con lo que se discutirá será más que evidente y
suficiente evidencia para demostrar la completa igualdad entre el Padre y el
Hijo.
Subordinación
no es inferioridad
Uno de los ejemplos más claros que muestran igualdad en la subordinación
es el caso de José el soñador. Allí vemos la forma en que el Faraón hace a José
igual a él aun cuando este seguía estando en una posición subordinada:
Génesis 41:38 al 43: “y dijo
Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté
el espíritu de Dios? Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo
esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú
estarás sobre mi casa, y por tu
palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.
Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
Entonces Faraón quitó su anillo de su
mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino
finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo
carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.”
Como cuestión de hecho, la vida de José es la prefiguración de la vida que
vivió Cristo en esta Tierra. Ambos honraron a sus respectivos padres y eran
amados por ellos, fueron rechazados por decir la verdad, fueron vendidos por
sus hermanos, lucharon contra la tentación a pecar (aunque José debió pecar en
algún momento), sufrieron escarnio, pero al final fueron puestos en la posición
de supremacía que Dios tenía para ellos. Entonces José fue hecho igual a
Faraón, con toda la potestad de éste al igual que Jesús era y es igual al Padre
de la misma manera. Inclusive, el Faraón se quita su anillo del dedo y se lo
pone a José. Este anillo le dio la potestad a José para sellar los decretos
reales y cuya impresión era más valida que la firma de un Rey, prerrogativa que
pertenecía solo al Faraón.
No hay nada en el texto bíblico que podamos usar para demostrar algún
tipo de inferioridad de parte de José porque le fue dada la misma potestad que
tenía Faraón aunque sí había una subordinación a él. Esto explica cómo podía
Jesús ser igual a su Padre aun cuando la Biblia claramente establece que el
primero estaba subordinado al segundo. Y es lo que demostramos a continuación:
Varios aspectos
en los que Cristo era igual a Dios.
1. Eternidad
Para intentar demostrar que el Cristo pre encarnado no era tan eterno
como el Padre, los testigos de Jehová utilizan textos como Proverbios 8:23-24:
“Jehová mismo
me produjo como el principio de su
camino, el más temprano de sus logros de mucho tiempo atrás. Desde tiempo indefinido fui instalada,
desde el comienzo, desde tiempos anteriores a la tierra.”
El texto que acabamos de leer fue
tomado de la “traducción del nuevo mundo”. La RV60 lo vierte así:
“Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo,
antes de sus obras. Eternamente tuve
el principado, desde el principio, Antes de la tierra”.
Vemos que donde la TNM vierte
“produjo” y “tiempo indefinido”, la RV60 vierte “poseía” y “Eternamente”. Para
ver cuál es la traducción que se acerca más a la verdad tenemos que echar un
vistazo al texto hebreo de donde proceden. En el caso del verso 24, la palabra
que se traduce en TNM por “tiempo
indefinido” es “owlam”, que más bien
significa ETERNIDAD. Si no fuera así, entonces el Padre no fuese eterno porque
a Él se le aplica la misma palabra en el Salmo 90:2 cuando dice: “Antes que naciesen los montes Y formases la
tierra y el mundo, Desde el siglo y
hasta el siglo, tú eres Dios.”
Teniendo eso en mente, entonces en el verso 23 la palabra que se traduce
en TNM “produjo” viene del hebreo “qanah”,
que en algunos casos puede tener el significado de crear pero el contexto (v.
24) no permite ese significado porque entonces se produciría una contradicción
pues algo que se produce no puede ser eterno, por lo que aquí significa
“poseer” y no producir.
Si unimos esto a la evidencia que nos proporciona el Evangelio de Juan
tendremos un panorama mucho más amplio. Juan 1:1a dice: “En el principio era el Verbo”, que en griego sería: Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγοσ.
Cuando analizamos lo que significa ἦν encontramos que este es un verbo IMPERFECTO,
activo, indicativo en tercera persona singular de “eimí”. IMPERFECTO significa
que el autor representa una acción en proceso o un estado que ocurre en el
pasado sin especificar el fin de la acción. Aquí es
donde añadimos una parte de otro estudio que lo explica muy bien:
El tiempo
imperfecto denota un pasado de acción constante o en curso. De manera que, en
el principio la Palabra ya existía – no
comenzaba a existir. Y en los versos 3, 6 y 10, el verbo aoristo egeneto
(de ginomai), el cual sí denota un principio, es usada para referirse a todo lo
creado: “Todas las cosas por él fueron hechas (egeneto)” (v. 3) mientras que el
verbo imperfecto ēnegeneto es usado para describir la nueva naturaleza de la
Palabra – la cual tuvo un principio: “La Palabra se hizo [egeneto] carne”.
(“Era”) es usada de la Palabra Eterna. No es hasta el verso 14 que egeneto es
usada de la Palabra para describir la nueva naturaleza de la Palabra – la cual
tuvo principio: “La Palabra se hizo [egeneto] carne.”
Encontramos
también el mismo contraste verbal (eternidad vs. origen) en Juan 8:58: “Antes que Abraham fuese [genesthai], yo
soy [eimi]”. Ambas palabras egeneto (“venir a existir”) en 1:3 y genesthai
(“nacido”) en 8:58 vienen del mismo verbo-base ginomai denotando un principio.
Y ēn en Juan 1:1 (“era”) viene de eimi (“Soy” como en 8:58) denotando
eternidad, lo cual es, la preexistencia eterna de la Palabra en dichos
contextos. Así, en Juan 1:1 y 8:58 el contraste es claro: la existencia eterna
de la Palabra (eimi) vs. todo lo creado (ginomai; cf. también Sal. 90:2).
Aquí tenemos la primera y poderosa evidencia de la igualdad en eternidad
entre el Hijo y el Padre.
2. Potestad
(Todopoderoso)
Lo único que no dejaría a alguien ver lo claramente establecida que está
la potestad completa de Cristo en la Biblia es el prejuicio teológico. Sin
embargo, la Toda Potestad es otra característica que hace de Jesús igual al
Padre. Fue Jesús mismo quien dijo:
“Toda
potestad me es dada en el cielo y en
la tierra.” (Mateo 28:18b)
Según RAE (La Real Academia Española) “potestad”
significa “Dominio, poder, jurisdicción o facultad que se tiene sobre
algo”. El Padre le otorgó a Cristo TODA potestad lo que quiere decir que
Cristo es TODOPODEROSO. Así que, como el Faraón hizo con José, el Padre lo hizo
con Jesús, le dio TODA su potestad.
Algunos usan el subterfugio de que Cristo dijo esto después de resucitar
y ser glorificado pero la realidad es que Jesús ejerció esta potestad cuando
estuvo aquí en la tierra antes que ocurriera lo antes mencionado. Carballosa1
nos proporciona una lista de cosas sobre las cuales el Cristo Todopoderoso ejerció
dicha potestad:
1. Poder sobre las fuerzas de la naturaleza (Mt.
14:26–29; 15:34–36; 21:19).
2. Poder sobre las fuerzas del mal (Mt. 8:32; 12:28).
3. Poder sobre las fuerzas del cielo (Mt. 13:41).
4. Poder para sanar a los enfermos (Mt. 4:23; 8:3, 7).
5. Poder para resucitar a los muertos (Mt. 9:25; 20:19;
26:61).
6. Poder para juzgar a la humanidad (Mt. 7:21; 12:31–32;
13:30; 23:2–8).
7. Poder para perdonar pecados (Mt. 9:2).
8. Poder para condenar y dictar sentencia sobre los
pecadores no arrepentidos (Mt. 23:13–
16, 27).
9. Poder para dar galardones cuando venga otra vez a la
tierra (Mt. 5:11–12; 10:42; 13:43; 19:29; 25:34–36).
10. Poder para dar poder (Mt. 10:1, 8; 28:20).
11. Poder para proveer completo y perfecto acceso al
Padre (Mt. 11:27).
12. Poseedor de todo poder (Mt. 28:18).
Inmediatamente después que éste autor nos entrega esta
lista, nos añade:
“Al leer estos
pasajes, es inevitable reconocer con el apóstol Juan que: «Este es el verdadero
Dios y la vida eterna» (1.a Jn 5:20). Jesús se auto identificó como
la vida (Jn. 11:25; 14:6). Afirmó, además, tener la autoridad para dar vida
eterna a otros (Jn. 10:28) y ser el único camino de acceso al Padre (Jn. 14:6).
También, Jesús afirmó tener autoridad para resucitar a los muertos en el día
postrero (Jn. 6:40). Todas estas prerrogativas y poderes sólo pueden ser
ejercidos por alguien que sea Dios”.
Como se dijo al principio, solo el prejuicio teológico no
dejaría ver a alguien esta clara y grande verdad que hace a Cristo igual al
Padre. O; ¿habrá algo sobre lo que Jesús NO tuvo poder y autoridad en esta
Tierra?
De hecho, el apóstol Pablo, en su carta a los hermanos
filipenses nos habla de la igualdad entre Cristo y el Padre:
Filipenses 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el
ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,
Pablo puntualiza aquí que a pesar de la igualdad que Cristo tenía con el
Padre, él no quiso traerse esa característica a la condición humana aunque,
como ya lo demostramos, la manifestó muchas veces.
En nuestra “Exegesis de Filipenses 2: 5-8”2
explicamos:
Ahora bien, tanto en Juan 5:18, como en Filipenses 2:6 y
en Apocalipsis 21:16 se utiliza una y la misma palabra griega “isa” (isos - ἴσος G2470) que significa “el
mismo en tamaño, cantidad y calidad”, “equal, in quantity or quality (Thayer)”. Es decir “lo mismo en
todo el sentido de la palabra”, “exactamente lo mismo”, como dice
Swanson (157): “lo mismo que”. De hecho, en todo el NT esta palabra
significa estrictamente eso (vea también Mateo 20: 12 y Marcos 14: 56, 59 donde
se habla de testimonios que no eran exactamente iguales, Hechos 11: 17).
No tiene connotaciones o traducciones variadas como las otras palabras griegas
que hemos discutido.
Esta
es precisamente la palabra que tanto Juan como Pablo le aplican a Jesús en
relación a su Padre. Es decir, Cristo es igual en TODO o EXACTAMENTE lo mismo
que Dios.
El punto a
demostrar es que el escritor de este cantico, al combinar en un solo verso los
vocablos griegos morphe e isa (isos) con lo que estos implican, no deja otra
posible interpretación que no sea que Cristo es de la misma naturaleza de Dios
y por lo tanto es igual, exactamente lo mismo que su Padre.
3. Creador
Creo que demás estaría demostrar la igualdad del Padre y
el Hijo en el aspecto de la creación habiendo demostrado ya el atributo
Todopoderoso de Jesús, pero éste es un punto bíblico que no puede pasarse por
alto.
El propio manual de los tJ que lleva por título “¿Qué
enseña realmente la Biblia?”, hablando sobre Jesús en la Creación, dice lo
siguiente:
“También es el
único que colaboró con Jehová en la creación de todas las demás cosas
(Colosenses 1:16)”3
Aquí, dicho argumento está admitiendo que el Hijo tiene el mismo poder creador que el
Padre aún si asumimos como verdad lo
que esta publicación dice justo antes acerca del supuesto “Hijo creado” (que definitivamente NO LO ES). Esto se hace más evidente
cuando vemos cómo la TNM traduce Juan 1:3:
“Todas las cosas vinieron a existir por
medio de él, y sin él ni siquiera una
cosa vino a existir.”
Aún la inserción de la palabra [otras] en Colosenses 1:16 no niega el
rol creador que tuvo el Hijo en igualdad con el Padre4. De hecho,
tomando en consideración lo que dice Juan 1:3 y comparándolo con la profecía de
Isaías vemos el panorama más amplio:
Isaías 45:12 TNM “Yo mismo he hecho la tierra y he creado aun al hombre sobre ella. Yo...
mis propias manos han extendido los
cielos, y a todo el ejército de ellos he dado órdenes”.
Isaías 48:13 TNM “Además, mi
propia mano colocó el fundamento de la tierra, y mi propia diestra extendió los cielos. Llamo a ellos, para que
sigan subsistiendo juntos.”
En estos versos es Jehová MISMO el que lo crea todo con
sus PROPIAS MANOS. Sería una total incoherencia decir que usted creo algo CON
SUS PROPIAS MANOS y luego decir que otro lo hizo a su nombre. No decimos con
esto que Cristo es el Padre sino que estamos demostrando la igualdad creadora entre
ellos.
4. Omnisciencia.
En este aspecto, todos los que pretenden demostrar cierta
inferioridad en el Hijo usan Marcos 13:32 para demostrar que habían cosas que
el Padre sabe y que Cristo no. Sin embargo, una de varias debilidades que tiene
ese argumento es que de todo lo que sabe el Padre, es solo UNA la que el Hijo
no sabe, “el día y la hora”, es decir “el momento”. Pero esto no niega la clara
omnisciencia que la Biblia le otorga a Cristo. Otra vez Carballosa5 hace
un importante aporte al respecto:
Colosenses 2:3 dice:
En él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento.
La mujer
samaritana confesó:
Venid, ved a un hombre
que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? (Jn. 4:29).
Jesús jamás
había visto a la mujer samaritana hasta el día en que se encontró con ella
junto al pozo de Jacob. Sin embargo, el Señor conocía la vida pecaminosa de
aquella mujer. Este es un ejemplo singular de que Jesús poseía el atributo de
la omnisciencia. Esta verdad se hace evidente también en las palabras de Juan
2:25: «… y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues
él sabía lo que había en el hombre». Jesús sabía las dudas de Tomás (Jn.
20:24–28); sabía que Lázaro había muerto (Jn. 11) y conocía perfectamente los
pensamientos secretos de Sus adversarios (Mt. 9:4). ¿Cómo podría cosa semejante
ser posible si el Señor no fuera omnisciente?
Por lógica todo el mundo sabe que pueden haber dos personas con las
mismas características pero ambas tener diferentes conocimientos. Esto no hace
a uno inferior al otro. Puede ser que uno tenga conocimientos adicionales que
el otro no tenga pero aun así ser iguales en funciones. Tome como ejemplo el
caso de dos doctores en medicina. Uno es cardiólogo y el otro es
gastroenterólogo. Aunque son conocimientos y disciplinas diferentes, ambos son
lo mismo: médicos. Uno es tan medico como el otro. Ninguno es inferior al otro
ni en cuanto a persona ni en cuanto a su función.
El hecho de que Jesús no sepa una cosa que el Padre sepa no niega el
hecho de que el primero es igual de omnisciente que el segundo. Lo único que
esto demuestra es la subordinación del Hijo y que, como hemos demostrado, no denota
inferioridad alguna. Hasta demás está decirlo pero es bueno repetirlo.
5. Adoración
Tememos que recordar que Jesús no vino para ser servido sino para servir
(Mateo 2:28, Marcos 10:45). Una de sus más importantes demostraciones de
humildad es que en ningún momento les enseño a sus discípulos el que tuviesen
que adorarle. Cuando enfrentó a Satanás, las palabras de Jesús en ese momento
lo demuestran:
Mateo 4:10 “Entonces
Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y
a él sólo servirás” (Lucas 4:8)
En este texto Cristo nunca dice que él no podría ser adorado ni que no
era Dios ni mucho menos que era inferior al Padre. Él se está oponiendo a las
exigencias de Satanás quien le pidió su adoración. Pero, ¡qué demostración de
humildad al reservarle la dignidad de adoración al Padre! Esto no quiere decir
que a Cristo no se le adora porque Juan en su libro de Apocalipsis revela que a
Cristo se le da la misma gloria que se le da al Padre:
“El Cordero que fue inmolado es digno de
tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la
tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos
hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Ap.
5:12–13).
Este texto muestra claramente que el Hijo recibe LA MISMA
gloria que recibe el Padre. Y lo repite dos veces en el mismo contexto. Cristo
dijo lo mismo:
Juan 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el
juicio dio al Hijo, para que todos
honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al
Padre que le envió.
¿Y qué con el
Espíritu Santo?
Simplemente, si alguien quiere negar la igualdad del Espíritu Santo con
el Hijo, lo que a su vez sería equivalente a ser igual al Padre como ya se
demostró, tendría que ignorar una verdad que Cristo dijo con su propia boca:
Juan 14:16 Y yo rogaré
al Padre, y os dará otro Consolador,
para que esté con vosotros para siempre
Muchos, cuando leen este pasaje ignoran por completo lo que implica la
palara “otro” aquí. El Diccionario de
Vine NT, bajo la palabra “jeteros” (G2087) dice de la siguiente manera:
“Alos, como se ha observado, expresa una diferencia
numérica y denota otro de la misma clase; jeteros expresa una diferencia
cualitativa y denota otro de una clase diferente.”
Si Jesús hubiera querido decir que el Espíritu Santo es algo diferente a
una persona hubiera utilizado la palabra griega “jeteros”. Sobre esto, Vine
comenta:
“Pablo dice: «Pero veo otra ley», jeteros, una ley
diferente de la del espíritu de vida, no alos, otra ley de la misma clase
(Romanos 7:23). Después de la muerte de José «se levantó en Egipto otro
rey», jeteros, uno de un carácter enteramente diferente (Hechos 7:18). Pablo
habla de «otro evangelio (jeteros). No que hay otro» (alos, otro como el que
él predicaba; Gálatas 1.6, 7, RV; RVR traduce ajustándose más a la
intención del apóstol: «Un evangelio diferente. No que haya otro»).
Véase jeteros (no alos) en Mateo 11:3, y Hechos 27:1; en Lucas 23:32 se
utiliza jeteroi de los dos malhechores crucificados con Cristo.”
El Cometario Mundo Hispano, sobre el versículo
en cuestión dice:
El pronombre
otro está en el género masculino y significa literalmente “otro de la misma
clase” (allos243). En el griego hay otro pronombre que se traduce
“otro” (eteros2087), pero con el significado de “otro de una clase
distinta”. La referencia es a otro que cumplirá el rol realizado por Jesús
durante los tres años de su ministerio terrenal. Jesús los dejaría en su forma
física y visible, pero no sería un abandono total, porque el Espíritu Santo
vendría a suplir esa ausencia, y con ventajas. Jesús estaba limitado a un lugar
a la vez, pero ese límite no se aplicaría al “otro Consolador”. Jesús
normalmente estaba “con” los discípulos, pero el Espíritu Santo moraría
“dentro” de ellos. Jesús estuvo con los discípulos por un tiempo limitado,
aproximadamente tres años, pero el Consolador estaría con ellos para siempre.
Estudios Bíblicos ELA añade:
El “otro
Consolador” (v. 16). Cristo dijo que el Espíritu Santo es otra persona igual y
del mismo carácter que él. No son idénticos, pero sí de la misma naturaleza.
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, son de la misma esencia, poseen
las mismas cualidades y son igualmente Dios. San Juan usa la palabra
“Consolador” dos veces en este capítulo y dos veces más en el resto de su
evangelio.
Biblia de Estudio LBLA:
14:16 otro Consolador. Es decir, el Espíritu Santo. Otro se
refiere a otro de la misma clase. El Espíritu Santo continuará el ministerio de
Cristo a los creyentes. Consolador es un término comprensivo que significa
"uno que es llamado al lado para ayudar."El es el Consejero del
creyente, su Consolador, su Ayudante, su Amigo y su Abogado.
Como se dijo anteriormente, negar esto es ir en contra de
las enseñanzas del Maestro y de la Biblia como un todo. Y en cuanto a la
igualdad entre el Padre y el Hijo, si alguien quisiera negar esa maravillosa
verdad tendría que ignorar todo lo que se ha discutido aquí. Y para hacerlo tal
persona tendría que renunciar a la honestidad propia y hacia los demás.
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Notas:
1. Carballosa, E. L.
(1982). La deidad de Cristo. Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz,
pág. 123.
2. Vea: Exegesis de Filipenses 2:5-8.
3. ¿Qué enseña
realmente la Biblia?, pág. 41, párrafo 11.
4. Sin embargo, la
inserción de [otras] en Colosenses 1:16 hace que éste contradiga a Juan 1:3
porque mientras Juan dice que Jesús creó TODAS las cosas sin exceptuar NINGUNA,
esas “otras” cosas a las que se refiere Pablo, ¿cuáles son entonces?
5. Véase 1, pág 114.