Breve
comentario a la gramática católica.
Actualizado martes 16 de enero de 2018
Actualizado martes 16 de enero de 2018
En otras
partes de este sitio hemos discutido el asunto del famoso “tautee tee” de Mateo
16:18 y por qué la forma en que los apologetas católicos aplican la gramática
griega allí es errónea. En este breve análisis, además de explicar la razón de
tal error, también muestro otras posibles maneras en que Mateo pudo haber
escrito la segunda cláusula del mencionado versículo sin forzar las reglas
gramaticales del griego bíblico.
Tenemos que
tener en mente que el griego koiné, idioma en que se escribió en Nuevo
Testamento originalmente, es un idioma muy versátil y fascina la flexibilidad
sintáctica con que se puede construir una oración o frase.
Ahora bien,
los exponentes católicos aseguran que:
“La palabra griega que se emplea para
"esta piedra" el adjetivo demostrativo, caso dativo TAUTEE con el
artículo TEE para mostrar la fuerza implicada en la cualidad demostrativa. Del
griego esta frase puede ser traducida "ESTA MISMA". Por lo que Mateo
16,18 dice: "Tu eres Pedro y sobre ESTA MISMA PIEDRA edificaré mi iglesia.
Con el uso de TAUTEE es claro que Jesús está hablando de la misma piedra que
acaba de mencionar.”
Hay dos
cosas en este planteamiento que están fuera de toda discusión. Uno, que tautee
tee tiene cualidad demostrativa. Y dos, que se puede traducir “esta” sin omitir
“misma” (esta misma). En el NT hay varios ejemplos donde aparece dicha
traducción. Una de las más comunes es la frase “esta misma noche” (ταύτῃ τῇ
νυκτὶ - tautee tee nuktí), que en la Biblia de Jerusalén 1976 se traduce de esa
manera aproximadamente unas ocho veces. Vea por ejemplo Mat 26:34, Mar 8:38, Mar 14:30,
Luc 12:20, etc.
Sin embargo, el error del planteamiento citado anteriormente es el que
dice que con el uso de tautee, Jesús está hablando de la piedra que acaba de
mencionar, es decir, la que menciona anteriormente. En Mateo16:18 esta piedra sería
Pedro (petros).
Seguramente,
este planteamiento es tomado de otros pasajes en el Nuevo Testamento donde
tautee se refiere al nombre o adjetivo que antecede inmediatamente.
Mateo 23:36 De cierto os digo que
todo esto vendrá sobre esta generación.
Aquí “sobre
esta generación” viene del griego την γενεαν ταυτην, (ten genean tauten). Como
ven, el pronombre femenino tauten se refiere al nombre que antecede
inmediatamente (genean), también femenino. Otros casos son Mateo 21:44, Marcos
14:30, Lucas
21:23, Hechos 27:23.
El problema es que en Mat. 16:18 no se puede aplicar la
regla tal como en los versos que acabamos de mencionar porque no se toma en cuenta un elemento
básico sencillo en la gramática tanto griega como castellana. No se puede
conjugar un nombre masculino con un pronombre y artículo femenino. Petros, el
sobrenombre griego de Simón, es masculino. El pronombre tautee y el artículo
tee son femeninos. Es como si conjugáramos el artículo femenino “la” con el
nombre común masculino “hombre”. Esto tendría como resultado que dijéramos “la
hombre.” Demás está decir el disparate gramatical que obtenemos.
Más aun, en el griego bíblico, un nombre en el
caso nominativo no se puede conjugar con pronombre y artículo en caso dativo. El caso nominativo señala el sujeto del verbo.
El caso dativo señala el lugar a donde se dirige la persona u
objeto del que se habla. Y según la regla, esta persona u objeto también tiene
que estar en el caso dativo.
Además,
Mateo 16:18 consiste en tres pensamientos lógicamente conectados con la
conjunción “kai”, traducida allí como “y”. Si quitamos las conjunciones y
ponemos los enunciados por separado el pasaje quedaría así:
1. Yo a mi
vez te digo que tú eres Pedro.
2. Sobre
esta piedra edificaré mi iglesia.
3. Las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Por lo
tanto, pretender conjugar “esta” de la segunda clausula con Petros, que está en
la primera, es lo mismo que pretender conjugar un pronombre y artículo de una
oración en un párrafo con un nombre de otra oración. Es decir, si en una oración
hay un pronombre y un artículo, el objeto hacia el cual estos se dirigen tiene
que estar en esa misma oración, no en otra. Eso es forzar el sentido de todo el
párrafo. Y es gramaticalmente inconcebible.
Por lo cual,
siendo tautee tee pronombre y artículo dativo singular femenino se tiene que
conjugar con petra que, además de estar ubicada en la misma cláusula que tautee
tee, también es dativo singular femenino.
Otro punto
importantísimo que no podemos dejar pasar es que no hay un solo
caso en todo el Nuevo Testamento donde
ταύτῃ τῇ (tautee tee) haga referencia al nombre, objeto o adjetivo que
se acaba de mencionar antes. Por el
contrario, siempre que se emplea la mencionada construcción se aplica al nombre
o adjetivo que se coloca inmediatamente después.
Incluiré las siguientes citas para que si algún lector gusta investigar, se
tome el tiempo de analizarlas en un interlineal con morfologías:
Mat 12:45, 26:34,
Mar 8:38, Luc 12:20, 17:34, Hch 10:30, 16:12, 2Co 1:15, 8:7, 19-20, 11:17.
Aún si la
segunda cláusula de Mat. 16:18 se hubiese escrito con la construcción en la
cual los apologetas católicos basan su “regla” (epi tee petra ← tautee, como se
describió anteriormente), el problema no desaparece pues la referencia se mantiene
hacia petra, que es la referencia anterior más próxima.
Como cuestión de hecho nada impedía el que
Mateo escribiera la clausula de esa forma pues no forzaba ninguna regla
gramatical.
Entre los católicos se dice que Mateo no tuvo otras alternativas a la hora de escribir esta parte del texto. Esto demuestra desconocimiento craso del griego biblico koiné. Las siguientes son otras alternativas que Mateo pudo utilizar si es que Cristo hubiese querido decir que sobre Pedro se edificaría la iglesia.
La opción
que sigue les gusta a los apologetas católicos. Mucha gente ya sabe que la
transliteración del sobrenombre arameo de Pedro, Cefas o Kefas, aparece unas
nueve veces en el Nuevo Testamento. Se dice que el evangelio de Mateo se
escribió en arameo antes que en griego y que éste último es una traducción del primero.
Lo curioso es que siendo el arameo el idioma coloquial de Mateo, quien era
hebreo, no importó el nombre arameo de Pedro en 16:18. Como nota al calce,
ninguno de los evangelistas lo hace con excepción de Juan en 1:42.
Así hubiese
quedado Mat. 16:18b si el evangelista hubiese transliterado el apodo arameo de
Simón también allí.
Como pueden
notar, habrían ciertas condiciones que se tenían que dar para que la
construcción quedara de la manera que se ilustra aquí. Primero, Kefas es
masculino por lo que el pronombre y el artículo se tenían que escribir en
masculino (τουτω τω). Segundo, tanto el pronombre como el articulo estarían en
el caso dativo lo cual hace que “Kephá” se escribiese también en el caso dativo
como algunas morfologías lo clasifican en Gálatas 2:141. La
mencionada construcción masculina aparece también en Hechos 7:7 en la
frase “τω τοπω τουτω – too topoo toutoo
- este mismo lugar” (Jerusalén 1976).
Pero aún si
Mateo hubiese importado la transliteración aramea kefas al verso en cuestión
como lo presenta la ilustración de arriba, eso no les daría la razón a los
proponentes católicos. En otro estudio explico con detalles el porqué de eso2.
Y es aquí
donde el asunto se torna interesante porque de la misma manera que Mateo pudo
haber importado la transliteración aramea masculina
como lo hemos ilustrado, así mismo pudo repetir petros en ambas ocasiones. La
gramática griega se lo permitía y no forzaba nada.
Como ven, se
tenían que dar las mismas condiciones que con kefas. El pronombre y el artículo
se tenían que escribir en el caso dativo singular masculino. Interesante
también que al traducirlo al castellano no cambiaría nada porque el masculino
“petros” cambia de género al femenino “piedra” (sobre esta piedra). Si Mateo hubiese
utilizado esta construcción con la repetición de petros entonces el argumento
que dice que “con el uso de TAUTEE es
claro que Jesús está hablando de la misma piedra que acaba de mencionar”
cobraría todo sentido y validez, y fuese un poderoso argumento a favor de la
posición católica. Pero no es así.
Por último,
existe otra interesante opción que Mateo tenía para escribir la segunda cláusula
sin forzar las reglas. La Biblia dice que cuando Jesús se reunía privadamente
con sus discípulos les hablaba claro, sin tapujos, sin metáforas y sin
parábolas. Simplemente les decía las cosas tal y como eran y les explicaba las
parábolas en privado. Un excelente ejemplo de esto es Mateo 13:1-53,
prestando especial atención a los versos 10 al 18 y 36. Marcos también lo establece:
Marcos
4:33 Con muchas parábolas como estas les
hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. 34 Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les
declaraba todo.
Pues bien, si leemos con detenimiento el pasaje completo
desde el verso 13 notamos que la primera pregunta de Jesús – “¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del hombre?” –
la hace particularmente a sus discípulos. Es decir, la conversación era entre
ellos y nadie más. Compare con Juan 4:34, 6:60, 21:21-23, etc.
Por tal razón, siguiendo la pauta establecida por Mateo y
Marcos, Jesús tenía la completa libertad de decirle a Pedro de la forma más
clara y literal que existe que sobre él se edificaría la iglesia como podemos
ver en la siguiente ilustración:
Otros
lugares en el Nuevo Testamento donde podemos encontrar la construcción “epi se”
(sobre ti) son: Luc 1:35, Luc 19:43, 1Ti 1:18, Apo 3:3.
Sin embargo, el evangelio que tenemos utiliza dos palabras
griegas diferentes lo cual descarta la posibilidad de que Cristo se refiera a
Petros cuando dijo “… y sobre esta piedra edificaré mi iglesia…”3.
Sin embargo así es como lo interpretan los apologetas católicos sin base
alguna, claro está.
Concluimos
entonces que la tesis católica que enseña que tautee tee en Mateo 16:18 se
refiere a la piedra que se menciona anterior a dicha construcción es correcta
solo cuando se fuerzan las reglas gramaticales para conseguir la interpretación
que se busca y que los ignorantes la crean ciegamente. Pero el texto bíblico está
ahí para que lo investiguemos.
Ciertamente
no se puede dar crédito inmediato a todo lo que algún alegado “experto” diga
por más renombre que tenga y sea de la religión o denominación que sea. Lo más
trágico es cuando disparates como los aquí denunciados se siguen repitiendo sin
que haya nadie que vea las cosas de manera sobria.
Tenemos que
aprender a investigar, a escudriñar las Escrituras con más cuidado. Con la ayuda
y guianza del Espíritu Santo llegaremos al conocimiento de la verdad y podremos
juzgar entre quién está en lo correcto y quién está inventando subterfugios
para traer interpretaciones por los pelos (Juan 14:14-17, 26, 16:13).
Notas:
1. Para ejemplos vea: Interlineal Griego-Español Wescott Hort, Nestlé Aland
ed. 26 – 27.